




La playa es conocida por su belleza natural y es un excelente lugar para desconectar de la ciudad.
HistoriaDesde hace décadas, Playa Blanca ha sido uno de los destinos más buscados por turistas locales e internacionales. Originalmente, la zona era habitada por pescadores que vivían de la pesca y la agricultura. Con el tiempo, se fue consolidando como un destino turístico por su paisaje idílico y su proximidad a Cartagena. Aunque el desarrollo turístico ha aumentado, la playa ha logrado conservar gran parte de su encanto natural, atrayendo a visitantes que buscan una experiencia auténtica y sin grandes desarrollos urbanos.
La vida en Playa Blanca está profundamente arraigada en la cultura local. Los pescadores, que aún hoy continúan con sus tradiciones, ofrecen mariscos frescos que preparan en pequeños restaurantes improvisados a lo largo de la playa. Los visitantes pueden degustar platos típicos como pescado frito, arroz con coco y patacones, en un ambiente relajado y acogedor. Además, la playa se ha convertido en un punto de encuentro cultural, donde los turistas pueden disfrutar de música caribeña, danzas locales y artesanías hechas a mano por los habitantes de la región.
Playa Blanca no solo es famosa por sus aguas cristalinas y arenas suaves, sino también por ser un lugar privilegiado para observar delfines y otras especies marinas. En ciertas épocas del año, es posible ver cómo estas criaturas se acercan a la costa, ofreciendo un espectáculo natural impresionante. Además, por las noches, se puede presenciar el fenómeno de la bioluminiscencia en sus aguas, donde microorganismos marinos emiten destellos de luz, creando un efecto mágico que fascina a los visitantes